Hay ciertas aplicaciones con las que se puede saber tu posición exacta desde un ordenador u otro equipo sobre el dispositivo movil que estés usando. Es el caso de Encuentra mi iPad, una aplicación con el único fin de encontrar dispositivos robados, olvidados… y poder conocer su ubicación para recuperarlos, por supuesto. Hasta aquí todo parece bastante normal, ahora bien, el problema ha surgido cuando un juez australiano ha tenido que valorar si esta intromisión del robado hacia el ladrón, sobre el conocimiento de su posicionamiento exacto mediante el GPS, es una violación a la intimidad o no.
La historia parece totalmente extraída de una novela de ficción, pero es un caso tan real que nos paramos a pensar… ¿será así?
La historia
El 24 de mayo se robó un iPad en una casa en construcción, aunque no se denunció hasta 3 días después.
El propietario utilizó la herramienta «Encuentra mi iPad» para activar de forma remota el GPS del iPad y encontrarlo en este caso en la casa de Alden Harder, de 49 años.
La víctima, entró en el jardín de la propiedad y miró por la ventana de la casa.
A continuación fue a la policía con la información pero no obtuvo respuesta policial, por lo que continuó con una segunda acción.
Volvió la víctima a la casa de Alden y disparó remotamente la alarma del iPad. Esta se escuchó en el interior del garage. Fue entonces cuando la policía accedió a solicitar una orden de registro, la que les ayudó a encontrar objetos robados, entre los que se encontraba el iPad.
Cosas de abogados…
Ahora bien, el abogado de Alden ha argumentado que el registro se basa en evidencias obtenidas ilegalmente, ya que la víctima y dueño del iPad las obtuvo invadiendo la propiedad de su cliente.
También argumenta que ha invadido electrónicamente la propiedad de Alden, al activar remotamente la alarma sonora.
Veredicto
El veredicto final, tras unos días de reflexión sobre si el uso de Encuentra mi iPad significaba una violación de derechos sobre, en este caso, el ladrón del iPad, decidió determinar que no había violación de la propiedad juzgando de esta manera a Alden por el robo del iPad y otros objetos.
Sin duda alguna que es una violación de la intimidad, yo creo que no cabe discusión, dado que, se puede saber donde está el dueño (obviamente si porta el dispositivo) cualquier persona que sepa como hacerlo, con fines que no tienen porque ser positivos para la persona. La violación de la intimidad sin duda está, y es imposible negarla. Decir también que no es algo propio ni exclusivo del iPad o iPhone sino que cualquier dispositivo con gps pasa absolutamente lo mismo, por lo tanto se está violando la intimidad.
Donde sí cabe el debate es en lo que prefiere el usuario ¿Intimidad absoluta, o tener mecanismos para poder recuperar el dispositivo después de un urto o pérdida?. Si quiere tener alguna posibilidad de lo segundo tiene que tener alguna herramienta que utilice las posibilidades de geolocalización del dispositivo para poder decirle donde está, asumiendo una perdida de intimidad (considerable o leve dependiendo de criterio de cada uno).
Pero bueno aunque no tenga este tipo de herramientas, también se puede vulnerar la intimidad de una persona que esté en disposición de un smartphone, un tablet o un simple móvil de 15 €, dado que, se conectan a determinas antenas para poder realizar sus funciones y por tanto están diciendo su posición, de ahí, que se necesite quitar la batería de un móvil (por lo visto no basta sólo con apagarlo) para que la posibilidad de que violen tu intimidad por esa vía se reduzca a 0, e ahí un gran problema, en los iPhones y iPads y las ultimas generaciones de portátiles de Apple esto no es posible (desconozco si en las demás marcas pasa igual), eso sí, que puede acarrear en una violación de la intimidad, encima impuesta (aun no acabo de entender del todo los motivos de está política si soy sincero).
Pero bueno , si la ley hizo caso omiso, uds.. , que reaccionarian, estando 100% seguros de que el sujeto de que te ha despojado de tu dispositivo..
Ya se sabe que los juicios no son justos dado que no se está valorando hechos reales, sino las presentaciones de cada una de las partes que tratan de convencer al juez o jurado. Que la ley haga caso omiso a algo que parece caerse de maduro, es el pan de cada día, vivimos en un mundo que no sólo suele ganar la verdad o la victima, sino el don dinero
dura y Cruel Realidad…
Este mundo es de coña.