Desde que comencé a ser un maquero estoy encantado con el servicio técnico de Apple, sobre todo por lo poco que hay que utilizarlo debido a la calidad de los productos. Pero (siempre hay un pero) a veces se producen accidentes.
Ni la pantalla del iPhone es indestructible, ni sus baterías duran eternamente. Evidentemente la calidad de sus productos es muy alta, pero no infalible, y la importancia de saber que la frase “no te preocupes que eso tiene arreglo” es real, es muy importante.
Hablando el otro día con un amigo, mientras tomábamos café me enseño una imagen aterradora, espeluznante, un iPhone con la pantalla destrozada. “Mira como se me ha quedado” (la pantalla) me decía. Y ahora llegaba la pregunta: “¿Dónde lo puedo llevar?” La primera respuesta es: A la Apple Store y a su servicio técnico, pero cuando te enteras de que el coste por cambiar la pantalla es de 220 € (un 33% del coste del terminal libre) hace que pensar y buscar una alternativa, aquí os voy a explicar la alternativa: