Eso habeis debido pensar después de ver todo lo bien que he hablado de KDE, la cantidad de post publicados hablando de este, etc… Pero resulta que no conté con un punto que para mi es muy importante y que me hizo regresar a Gnome. La bateria.
Es sorprendente (y a la vez lógico) que una diferencia de 45 min. aprox. de autonomía diferencien a Gnome y KDE en cuanto a movilidad se refiere. Por eso me he visto ‘obligado’ a regresar a Gnome en el portátil. Al menos puedo disfrutar de la grandeza de KDE en mi sobremesa, ¿no?.
Así que he aprovechado para publicar uno de esos post que nos ofrece Klap de vez en cuando pero esta vez con Gnome. No se diferencia apenas de mis otros escritorios anteriores con la salvedad de que el dock ahora está en modo inteligente.