Buenas de nuevo! hoy os voy a comentar un pequeño «truquillo», por así llamarlo, con el registro de Windows. Este truco lo aprendí de paso por una web hace algún tiempo, y tengo que advertir que no vamos a tocar ninguna tontería, sino que vamos a urgar en el registro de Windows. Hacer cosas aquí puede suponer que nuestro sistema deje de funcionar, o simplemente funcione mal, por lo tanto, no me hago responsable de lo que pueda pasar en caso de equivocaciones.
Lo primero que tenemos que saber es el problema, así que voy a pasar a introducirlo un poquito. Cuando ejecutamos un programa utilizamos una serie de bibliotecas o librerías llamadas comúnmente como dlls, por su extensión «*.dll». Pues bien, cuando abrimos un programa estas dlls se alojan en la memoria para facilitar el acceso a ellas, pero cuando cerramos el programa las dlls se quedan donde están, no desaparecen de memoria. Esto es por cosas de frecuencia de uso y eficiencia, es decir, si volvemos a abrir el programa ya las tendremos cargadas, lo cual implica que el proceso de carga será más rápido. Hoy en día usamos el ordenador durante muchas horas y lo dejamos encendido mucho tiempo, lo que puede provocar que dll a dll lleguen a consumir un trozo apreciable de la RAM (sobretodo en ordenadores con poca RAM). Esto es evitable forzando a borrar estas dlls cuando el programa se cierra, y se hace siguiendo estos pasos:
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