Así es, hace unos minutos se ha publicado oficialmente la nueva versión de Gnome. Mucho se ha hablado ya de ella, de gnome-shell, Clutter, de sus nuevos docks, etc…
Gnome siempre se ha caracterizado por su estabilidad, de hecho, es el escritorio por defecto en distribuciones como RedHat. Pero con la llegada de Gnome3 esto he de ponerlo en duda. He visto los vídeos de las betas y aún está muy verde. La idea es buena, pero le falta madurez al igual que ocurrió con KDE4.0. No digo que sea inestable, pero no me parece muy funcional a dia de hoy.
Ubuntu y muchas distribuciones harán lo correcto en sus proximas versiones: no incluir Gnome3. Recordemos que muchas aplicaciones todavia están escritas sobre gtk2. El entorno de aplicaciones aún no se ha portado del todo a gtk3. De hecho, en KDE tardaron más de dos años para que el software de grabación por excelencia, K3B, fuera definitivamente portado al nuevo escritorio KDE4 (y así muchas otras aplicaciones).
Desconozco si la transición de gtk2 a gtk3 será tan brusca como lo fue de de KDE3 a KDE4. Pero si lo es, me temo una oleada de usuarios a KDE4.6 o en su defecto, se queden aún en Gnome2.32. Yo por mi parte, intentaré probarlo a fondo en ArchLinux para conseguir un etorno estéril y poder tener una visión objetiva de el sin que sea maquillada por los desarrolladores de otras distribuciones.