Muchos piensan que este tipo de críticas destruyen el ecosistema Linux, que en lugar de discutir (siempre con educación), porqué no respetamos (¿diferencias de opinión es falta de respeto?) y que cada uno use lo que quiera.
Personalmente, esto me parece una bobada. Soy de los que defienden la autocrítica, siempre para mejorar y no para destruir, claro está. La autocrítica lleva a mejorar. La autocrítica hace ver los puntos flacos, en este caso de un sistema operativo y de ese modo es como evoluciona.
Bien, una vez defendida la autocrítica, comencemos a despellejar a Ubuntu.