Facebook es una de las mejores formas de estar en contacto con tus amigos y familiares. El otro día Juan Uriós nos dijo como la red social se puede convertir en un cementerio de viejas amistades; pues bien, mi objetivo es contaros como Facebook puede hacer resucitar a algunas personas.
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El otro día, navegando por la red encontré un artículo que captó toda mi atención, su título, ¿Por qué los muertos siguen pulsando «me gusta» en Facebook?.
La historia comienza cuando un bloggero estaba revisando su Facebook. Se dió cuenta de que un amigo había publicado que le gustaba Discover. Esto le extrañó muchísimo; no solo porque su amigo estaba en contra de todas las mega corporaciones, sino porque ¡¡Había fallecido hace 6 meses!! Desde aquí comenzó su cruzada para encontrar el motivo por el que había ocurrido esto.
Bernard Meisler (autor del post) es un miembro activo de Facebook y propietario de un blog de arte; poco tiempo antes de descubrir lo que acabo de contaros pidió a sus contactos que le enviaran capturas de pantalla de cosas raras o sospechosas que hubieran encontrado en la red social. Ante esto recibió algunas capturas que decian:
«Me he dado cuenta de que me gusta Subaru y… ¡¡No he tenido ningún coche en toda mi vida!!»
Como he dicho antes, Bernard es el propietario de un blog, le iba bien, pero decidió darle un empujón para captar más lectores; por este motivo se decidió a contratar los nuevos posts promocionados de Facebook. La experiencia según dice fue bastante buena, captó muchos «me gusta» pero había algo que le extrañó demasiado. La gente que había pulsado el famoso botón procedía de Sudamérica y de países del Este y seguidos a ello comentarios en lenguas y alfabetos que no conseguía reconocer.
Poco después fue él mismo el que recibió los posts promocionados de los demás, y, algunos parecían no tener sentido. ¿Que era lo que estaba ocurriendo? ¿Habían pulsado «me gusta» realmente las personas que comentaba los posts promocionados?.
Es algo que no he podido comprobar, lo que si me encuentro últimamente es que mis contactos publican en su muro vídeos que parecen no haber compartido de forma intencionada.
Pero volviendo al tema del amigo fallecido, Bernard se puso en contacto con Facebook para reportar la extraña situación. Estos le contestaron que alguien podía haber accedido a su cuenta y haberlo pulsado. Sinceramente le pareció algo sin sentido; ¿Para que iba a querer alguien entrar en la cuenta de una persona fallecida y pulsar indiscriminadamente el botón «me gusta»?
Sinceramente no se cuanto hay de cierto en esta historia, pero me lleva a pensar que si esto fuera verdad, la privacidad en la red social sería prácticamente nula.
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