La competencia de mercado en la tecnología

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Vamos a terminar el año y ahora toca examinar a fondo lo que hemos hecho. Estos días he estado releyendo libros que me han sido de utilidad a lo largo de mi carrera y he encontrado uno que me pareció interesante para reseñarlo en el blog; espero que os ayude a entender lo que ocurre en la competencia del mercado de las empresas de tecnología y que a la vez os resulte interesante.

El libro en cuestión es “Economía liberal para no economistas y no liberales” de Xavier Sala i Martín. No puedo hacer más que recomendarlo ya que creo que es una persona que tiene buenos conocimientos y sabe transmitirlos mejor aún.

En concreto me centraré en uno de los capítulos que tiene por nombre <<El caso Microsoft>>. Pero antes voy a definiros un concepto importante sobre el tema para que podáis entender el post adecuadamente.

¿Qué es un Trust?

Un Trust es una concentración de empresas dirigida por una única sociedad que es la que dirige a las demás. La concentración se haría por intercambio de acciones entre ellas. Esto sería legal; de hecho existe una figura llamada holding que tiene este mismo organigrama. La nota característica del Trust, es que la concentración tiene como fin ejercer la actividad de forma monopolística.

La concentración puede ser horizontal (todas las empresas que producen un mismo bien o servicio dentro de un mismo mercado), o vertical (cuando las empresas del grupo realizan actividades complementarias, como por ejemplo fabricación de piezas de un producto y el montaje de las mismas por otra empresa del grupo).

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Para evitar este tipo de uniones se creó en EEUU la Ley Sherman o Sherman Act; Que fue propuesta por el Senador Sherman.

Pues bien, el caso Microsoft se dio a finales de los años 90. A mediados de esa década el 95% de los ordenadores usaban Windows, y esto hizo pensar a los ciudadanos, y, en especial al Gobierno de EEUU que Microsoft estaba ejerciendo un monopolio.

Esta circunstancia cambió con la apertura de la tecnología al surgir los primeros navegadores de Internet. Entre los primeros estaba Mosaic que alcanzó una cuota de mercado cercana al 100%; pero con posterioridad apareció el nuevo navegador creado por Marc Andressen que se llamó Netscape.

Marc desde un principio fue consciente de la superioridad de Mosaic, por este motivo decidió regalar el navegador e introducir paulatinamente nuevas versiones, que ya si serían de pago, y de esta forma podría hacer frente a su competencia. Esta decisión le hizo triunfar; en tan solo un año consiguió abarcar el 75% del mercado.

Microsoft no quiso quedarse rezagado y decidió unirse a la batalla de navegadores. En 1995 creó su navegador que como todos sabemos fue Internet Explorer. Al ver que Netscape abarcaba casi todo el mercado, Bill Gates optó por seguir la misma estrategia que Netscape. Y esta lo demandó. Como era de esperar no ganó; no hay nada malo en regalar un producto, no se está perjudicando a nadie, al contrario, no es más que un beneficio para el consumidor.

La batalla tecnológica era feroz y esto obligó a reducir el precio de los programas informáticos si las empresas querían ser competitivas.

Ahí fue cuando Microsoft cometió el error que da el título al caso. El gigante informático obligó a los fabricantes de pc´s a incorporar Internet Explorer dentro de Windows. Si recordamos que el 95% de los usuarios de ordenadores usaban Windows, nos damos cuenta que el daño a la competencia era bastante grande, ya que así eliminaba la competencia. De esta forma se dejó de incorporar Netscape  en el sistema operativo (cuando el ordenador era vendido).

Ante esta situación, Netscape volvió a los tribunales, pero esta vez acusó a la compañía de abusos monopolísticos. El caso tuvo una repercusión considerable y como era de esperar, el Gobierno de los EEUU se presento como acusación junto a Netscape.

Respecto al proceso, decir que se llamó a resolver el caso al Juez Thomas Jackson, que como curiosidad, cabe decir éste que tenía por costumbre publicar sus sentencias escritas con pluma. Hecho que pudo ser determinante, según creo yo, para la resolución del caso.

Como era de esperar, Microsoft perdió el juicio. El Juez Jackson condenó a la empresa a dividirse en empresas distintas para que los consumidores pudieran elegir. En este caso Microsoft se dividiría en 2, Windows y luego otra que desarrollara el resto de programas.

Esto resulta curioso ya que ambos son complementarios ya que los programas funcionaban sobre Windows, y, así volveríamos a la situación del trust.

Como bien explica el autor es como si a un fabricante de zapatos le obligáramos a dividirse en 2 empresas, una que fabrique zapatos para el pie derecho, y otra que los fabrique para el izquierdo; la realidad es que el cliente siempre necesitará los dos para poder andar.

De esta forma podemos decir que no se consiguió fomentar la competencia y la reducción de precios. Por otro lado Microsoft acabó absorbiendo a Netscape a través de la compra de una de las patentes de Aol.

A pesar de esto, ahora gozamos de libertad para instalar el navegador que más nos guste, aunque Internet Explorer siga viniendo “de serie” en Windows.

Fuentes: Economía liberal para no economistas y no liberales  –  Elaboración propia

Lee más: La competencia de mercado en la tecnología (II)

4 comentarios en “La competencia de mercado en la tecnología”

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