Las redes sociales nos permiten estar en contacto constante con nuestros amigos, compañeros y familiares, con ellos podemos compartir nuestros viajes, vivencias y pensamientos. Pero esta red social podría llevar a resultados indeseados y es que según lo que publica el periódico Forbes, bien podríamos titular esta noticia como «Las autoridades sanitarias recomiendan el uso moderado de Facebook».
Un estudio reciente realizado por la universidad Humboldt (Berlín) determina que el uso de Facebook puede llegar a causar envidia y frustración. Muchos usuarios solo tienen contactos con los que mantienen una relación estrecha, otros, a parte de esto tienen otros a los que podríamos calificar como conocidos y luego habría un tercer perfil de usuarios que tienen los anteriores contactos, más luego gente que han conocido de forma esporádica y que no han vuelto a ver o hablar.
Pues bien, el estudio sugiere que las relaciones entre contactos pueden crear envidia y frustración, esto se debe a que en muchos casos la gente suele tender a compararse con los demás para evaluar su éxito, consecución de sus metas y reflexionar sobre su rol dentro de un grupo. Si la persona en cuestión cree que no ha llegado a hacer todo lo que quería en la vida y alguno de sus contactos sí, el primero puede llegar a amargarse (sobre todo si es de la gente que suele fijarse demasiado en el coche de su vecino).
Pero esto puede llegar a acentuarse cuando alguno de los contactos son de los que se dan autobombo, con esto quiero decir los que exponen abiertamente todos sus logros, viajes y méritos. El resultado de la combinación de estos perfiles puede llevar a lo que el estudio define como «espiral de envidia». De esta forma asistiremos a una competición entre los 2 perfiles para demostrar lo buena y apasionante que es su vida.
La idea es que estos resultados se anulan en mayor medida cuando estamos fuera de la red social; ya que gran parte de la información no está visible. El sentimiento podría llegar a anularse si estamos con gente cercana. Es algo normal quedar con amigos y familiares y que nos enseñen las fotografías de su último viaje; en cuyo caso, la envidia y la frustración se suple con el contacto directo o la afectividad, sobre todo si por ejemplo se está compartiendo un café.
El estudio se hizo con 600 adultos en Alemania. Aunque no será publicado en ninguna revista especializada, se presentará en una conferencia.